martes, 12 de julio de 2011

El negocio de la basura


El negocio de la basura


El negocio de la basura. Detrás de la recolección de residuos, actividad donde cada día adquiere mayor importancia el cuidado cuidado con el medio ambiente, existe una verdadera industria que promueve, además del reciclaje, la contaminación.
Es que la forma en que se realiza el proceso de reciclaje de basura muchas veces no es la más apropiada. El primer paso del negocio de los residuos consiste en la separación de los desechos reciclables, una actividad donde la explotación de la mano de obra – a menudo infantil – y la falta de medidas imprescindibles de higiene están a la orden del día.

El proceso de reciclaje de basura ha adquirido mayor relevancia a partir del incremento de los basurales a cielo abierto, y constituye una alternativa a su proliferación. En realidad, para resolver el problema la medida esencial es producir menos residuos, pero esto sólo será posible a partir de una concientización general de la población que aún está lejos de hacerse realidad.
Mientras tanto, muchas personas se encargan de destinar los residuos reciclables a las empresas que aprovechan este tipo de materiales. Constituye una medida clave evitar que esta actividad se lleve a cabo de manera irrregular, integrándola al mercado laboral formal.

Consejos para ser un consumidor ecológico

Consejos para ser un consumidor ecológico




Consejos para ser un consumidor ecológico. Se dice comúnmente que en ecología hay que cumplir con las tres R: reducir, reutilizar y reciclar. Pero para ser un consumidor responsable hay que sumar cuatro R más: reflexionar, rechazar, redistribuir y reclamar.
El objetivo es asumir algunas acciones para contribuir a cuidar el medio ambiente. No hace falta cambiar por completo la cotidianeidad, sino, simplemente, de adoptar nuevas rutinas en pos del bienestar del planeta y, por ende, del nuestro.
En principio, quien desea ser un consumidor ecológico, o ya lo es, se informa. Se interesa por la educación ambiental y por la información relacionada al ecologismo. Y, desde ahí, elige bienes y servicios que están comprometidos con la ecología; por ejemplo, escoge caminar, andar en bicicleta o bien viajar en transporte público, consume alimentos frescos y compra productos sustentables, etc.
Le sigue el rechazo de: productos tóxicos, no biodegradables o que no se reciclan. Para ello, hay que leer las etiquetas de los productos y aprender a diferenciar entre el que sirve y el que no (debe conocer los símbolos de reciclaje).
En el caso de reducir el impacto ambiental -lo cual se hace de muchas maneras-, hay que tener claro antes de comprar, por ejemplo, si ese nuevo producto es necesario. Una vez que se decide consumir, evitar los productos con mucho empaquetado; elegir los productos concentrados para generar menos cantidad de basura y, a su vez, ahorrar dinero. En este paso, es vital el uso responsable de energía.

Para reutilizar, lo cual prolonga la vida útil de un bien, hay que elegir los envases o productos que permitan un uso a largo plazo. Hay que evitar las bolsas de plástico y elegir las de tela, etc. Otros productos a tener en cuenta: baterías recargables, hojas de papel (usarlas de ambos lados), cajas de cartón (aprovechar varias veces), la ropa en caso de no usarla más hay que darla, etc.


Además, se puede reutilizar un producto con el “upcycling”: transformación de un objeto sin uso, o que está para tirar a la basura, en otro de igual o de mayor utilidad. De esta manera, el consumidor consigue un nuevo producto y ahorra dinero.
Viene la fase de reciclar y para ello se deben separar los residuos de forma adecuada. Los materiales que se desechan, se aprovechan para elaborar nuevos productos. A esto le sigue redistribuir; lo cual es vital hacerlo de forma equilibrada.
Por último, el consumidor ecológico debe saber reclamar. La ley permite exigir actuaciones que contribuyan a mejorar el medio ambiente. Por ejemplo, se puede reclamar más infraestructuras para reciclar, reclamar apoyo a los productos ecológicos y a las energías renovables, etc.
Saber: el consumidor es una de las bases del sistema de producción y su decisión de compra puede modificar lastendencias de mercado. Por ende, hacer compras responsables, es una manera indirecta de reclamarles a las empresas que incluyan bienes o servicios ecológicos.

Consejos verdes para mejorar tu barrio


 Comenzar a sacarle provecho a todas las cosas buenas que hay en tu barrio es una de las mejores determinaciones ecológicas que podrías tomar. A partir de este consejo, podrás mejorar tu calidad de vida y reducir el impacto ambiental sin demasiado esfuerzo.
En primer lugar, debes conocer a fondo tu vecindario y saber qué puedes conseguir allí. Privilegiar el comercio local tiene dos ventajas: si por un lado ayudas a desarrollar sus actividades y generar más empleos en tu comunidad, comprar cerca de casa es una excelente manera de evitar traslados innecesarios (y más emisiones de carbono generadas por el tránsito).

También es importante que conozcas cuáles son las iniciativas y proyectos barriales: así te podrás poner en contacto con otras personas con intereses y necesidades semejantes, sugerir tus ideas y participar de actividades que ayuden a mejorar tu comunidad.
Plantar un árbol -también puede ser un huerto ecológico o cualquier otro tipo de especie vegetal- es una acción sencilla y absolutamente beneficiosa para tu barrio, una iniciativa muy fácil de realizar que garantizará una mejor calidad de vida para ti y los demás habitantes de tu barrio. ¡Comienza ahora mismo!

Plantas artificiales que oxigenan

Plantas artificiales que oxigenan.

 Existen muchas razones para creer que el planeta no se mantiene intacto, que nuestro accionar provoca consecuencias que pueden ser nefastas para su existencia. Entre medio de tanta contaminación y violación de los derechos de la naturaleza hay personas que intentan dar un rotundo giro a esta realidad, dos de ellas son MarioCaceresy Cristian Canónico.
Mario y Cristian son dos diseñadores que se han presentado en el Concurso de ideas ecológicas y materiales sostenibles enfocadas a la urbanidad que se realiza en Massachusetts con un innovador proyecto. Se trata de unos árboles artificiales llamados “Treepods” cuya función es captar el dióxido de carbono del aire, filtrarlo y expulsar oxígeno, purificando así el ambiente, al igual que lo hacen los árboles con su proceso de fotosíntesis.

Es un proyecto netamente ecológico ya que los Treepods se fabrican con plástico obtenido del reciclaje, de este modo, el día de mañana pueden ser re-utilizados para la fabricación de otros productos.
Los Treepods tienen en sus ramas puntos de captación para filtrar el aire de la atmósfera y eliminar el dióxido de carbono a través de un proceso llamado “Humidity Swing”. Dicho procedimiento se realiza utilizando la energía solar que los Treepods captan a través de unos paneles fotovoltáicos que se hallan en su tronco y la energía cinética proveniente de los balancines.
Los Treepods son sumamente originales y además de realizar la purificación del aire se pueden convertir en un punto de reunión donde los niños puedan columpiarse en los balancines, que a su vez los árboles utilizarán para la “fotosíntesis” y los adultos podrán descansar y respirar aire puro, aun hallándose en medio de la urbe.
Los Treepods son una propuesta para conseguir que los lugares de mayor concentración de gente y que se hallan más contaminados comiencen a gozar de un poco de oxígeno y se vuelvan más acogedores.